Con el aumento del desarrollo de la electrónica de consumo, las pilas se han ido multiplicado en los últimos años. En general, una vez que las pilas se agotan y ya no sirven, son tiradas en cualquier parte. Esto representa una verdadera amenaza para el medio ambiente ya que los químicos de las pilas son derramados al medio y contaminandolo severamente.
En cada hogar podría llegar a hallarse una gran cantidad de pilas y baterías; quizás hasta más de cincuenta. Esta cifra puede parecer enorme, pero bastaría con mirar a nuestro alrededor y ver todos esos aparatos electrónicos que usamos.
El reciclaje de una tonelada de pilas usadas permite la obtención de 600 kg de metales pesados, incluidos, por ejemplo 300 a 350 kg de zinc, 20 kg de níquel y 2 kg de mercurio. Estos compuestos, contenidos en una sola pila, son suficientes para contaminar 40 litros de agua durante 50 años. Si analizamos esto, vamos a comprender la necesidad de contribuir para no contaminar medio ambiente.
Para el correcto reciclado de las pilas usadas debemos depositarlas en los contenedores de pilas, destinados a tal fin. Suelen estar distribuidos en la ciudad, en banquetas y paradas de autobuses. Cada uno de nosotros puede poner su granito de arena en esta fase que corresponde la etapa de recolección de residuos. Una buena acción que no cuesta casi nada, pero que puede hacer mucho bien para cuidar nuestro medio ambiente.
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